7.06.2009

Como en los llanos...



Mi queridísimo amigo Juan Carlos Rodríguez que además de ser un muy recomendable escritor es también un paladar ansioso, feliz y entusiasta cuando de compartir la mesa se trata me ha llevado a explorar un paraíso culinario con el que aluciné. Clavado en el centro de Bogotá, atrás de una pared que no insinúa lo que esconde más allá de un letrero pintado sobre los ladrillos blancos, me descubre un mundo nuevo, un viaje a otra tierra: Capachos, asadero llanero.



El llano es una región de Colombia que comprende varios departamentos o provincias y que se adentra en territorio venezolano, ya que la geografía y la cultura no distingue fronteras políticas. Esta región es la zona donde se crían los mejores ganados del país, es la tierra de los vaqueros y por lo tanto de los asados.



El restaurante es indescriptible, me encanta. Las camareras van vestidas con traje típico, el lugar esta ambientado y las mesas dispuestas bajo una especie de ranchos de paja identificadas cada una con algún sonoro nombre de la geografía llanera. Nada más entrar al lugar nos encontramos con el horno enorme en el que se cocina la carne a la brasa, los encargados del asado nos explicaron que la preparación comienza a las 4am para que la carne esté lista a las 12 del medio día, hora en la que empiezan a llegar los hambrientos ejecutivos trajeados del sector.

La carne estrella es la "mamona": ternera que aun se alimenta de leche. Una particularidad del asado llanero es que la carne se macera en sal y especias con anticipación lo que hace que pierda sus jugos a la hora de la cocción pero quede realmente sabrosa (al fin y al cabo en Colombia es normal comer la carne muy cocida). Otro punto que es importante, es la brasa, que se hace con leña por lo que el asado tiene un fuerte gusto ahumado que lo vuelve maravilloso, los trozos enormes de carne se ensartan en unos pinchos largos que se disponen verticalmente alrededor del fuego y que se van rociando regularmente con cerveza.




Se sirve sobre hojas de plátano acompañada con ají, guacamole, yuca, papa y plátano (la feria del carbohidrato) y para beber lo mejor sería un refajo (mezcla de colombiana y cerveza), yo como no soy muy resistente a las bebidas alcohólicas me decanto por la colombiana sola. Creo que los viernes y los fines de semana el lugar está ambientado por un grupo de música llanera, así que después de comer es normal que las mesas se comiencen a llenar de copas de aguardiente y los más arrebatados seguramente hasta se animaran a bailar al sonido de la melancólica arpa llanera. A nosotros el ánimo no nos llegó tan lejos, así que con la tripita llena y feliz nos dispusimos a perdernos por las calles del centro matando las horas de luz que nos quedaban a punta de palabra.

Asadero Capachos
Calle 18 4-68
tel 2434607

Horario:
Todos los días (menos lunes festivos)
de 12h a 18h
Plato de mamona $16.000 (5€)


Les dejo la página del asadero (http://asaderocapachos.com )  y luego los dos links que hacen referencia al libro El viento agitando las cortinas de Juan Carlos Rodriguez:


1 comentario:

  1. la verdad es que nos paso lo mismo...jajaja pensamos que no era un buen sitio...pero ya cuando uno esta adentro se encuentra con una exquisita comida colombiana...pero del llano, los felicito a los dueños y los meritos a sus trabajadores....a todos cuando vayan a bogota, disfrutenlo y quedaran encantados.
    Felicitaciones...una buena cocina

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