7.24.2009

Excusas nada más


He perdido el interés y llevo un tiempo pensando si realmente esto vale de algo. Han sido unos dias difíciles de abandonos, soledades, lejanias y malas noticias. He perdido el apetito pero me he reconciliado con Baco invocando su poder anestésico y sanador. Por el camino me descubrieron dos paraisos alcoholicos, bastiones seguros a los que regrasaré cada que toque: El Dry Martini (www.drymartinibcn.com) y el Boadas de la calle Tallers. No quiero extenderme, ya he dicho antes que he perdido el interés, pero recomiendo esta experiencia, porque son lugares únicos en Barcelona. Los barman son magnificos y extrañamente amables como de otra época. Y lo que se vé y se vive en un lugar asi es estupendo, sórdido como le gusta a uno de mis buenos amigos (JA por poner un nombre), calmadamente sórdido diria yo. No quiero decir más pero les dejo un poema increible al respecto de un grande, grandísimo: León de Greiff

BALADA DEL DISPARATORIO BÁQUICO, IMPREGNADA DE MÚLTIPLES ROMANTICISMOS

Dícela "El Ebrio"

Aquesto dixo “El Ebrio”, una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non sé nada.

Bebamos en las cráteras de oro 
que laboró el cincel benvenutino,
champagne, bulbente y bullicioso vino .

Bebamos en las ánforas de barro 
doria hidromiel; en el panzudo jarro 
blonda cerveza, y en las cristalinas 
frágiles copas el anís sonoro 
así como las finas
mixturas sibilinas.

"Porque es dulce olvidar".

Bebamos en las cráteras de oro 
el líquido tesoro
que enloquece las mentes 
y elide los deseos, 
y que sume los sueños impotentes 
en helados Leteos!.

Porque es dulce olvidar. ¿Algo esculpido 
quedar merece en el cerebro? Nada! 
Porque es dulce olvidar...

El viento azota 
la cima de los árboles, tedioso; 
vacila el corazón ante la rota! 
El espíritu vago!
¡La voluntad errátil 
es un tortuoso Yago! 
y el soñar aterido...:
¡el soñar aterido y no vibrátil 
ni altanero!... y nostálgico, anheloso 
de una distinta vida...

Los jardines románticos 
horros están de idilios. 
Y son hueros los cánticos 
jocundos de Himeneo!

Dormita ya el Deseo! 
Ya dormita el Amor!
Y yerra -enloquecida-
por sus ludies exilios 
de Dolor, 
l’alma pura de Ofelia, 
mientras Hamlet, moroso y taciturno 
sepultóse en sí mismo!”

Ya no existe
la verdad, si ha existido... Ya no es nada 
la belleza, y lo es todo! y la tristeza 
¡cómo es asaz vulgar y adocenada!

Yo buceo un abismo 
y el tal abismo es hueco!
Todo es superficial, mentido y triste.
Todo: el Amor y la Naturaleza, 
el Mar, las Nubes, la ideal Belleza:
sólo restan cinismo, 
rutina, y el enteco 
sentido de lo práctico y la cómica 
metafísica vómica!

Es preciso beber la sangre cálida 
de los magos elixires! 
Complicados brebajes, quinta-esencia, 
sudor de las retortas y alambiques; 
todos los filtros químicos y alquímicos 
el díctamo, el nepentes, 
súmanme en la demencia!

En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus de sirena glaucos ojos-
mi espíritu arbitrario, 
mi corazón, y toda la amargura 
de abolidos despojos! 

Es preciso beber la sangre cálida, 
sangre morena
o sangre blonda!
En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus glaucos ojos de sirena–
mi corazón, y toda la amargura!

"La azul locura pálida, 
soberana locura, 
se asile en mi cerebro solitario!" 

Bebamos en las cráteras de oro 
todo el licor que corre por la vena 
de la pródiga uva;
y hagamos la serena
-la serena o la loca-
vida del que en sí propio no se toca 
y que en nada se halla...

-Búdico sér en éxtasis, 
Jaiyám bajo los astros, 
Edgar en la taberna, 
Diógenes en su cuba... 
Desdeñosos e impávidos,
sonrientes, 
mirando la batalla 
sempiterna, mirando la batalla
de apetitos, la gresca y el estridir de dientes 
y el vulgar forcejeo
para ascender, para medrar, para vivir...

"Nosotros -sí, nosotros-
olímpicos yazgamos sobre el trípode sacro:
claudicantes e irónicos, 
sonrientes espectadores del simulacro, 
sin recordar, sin añorar,
sin anhelar,
¡sin un solo deseo!"

Brúña el trágico véspero
con sus hórridas lumbres
incendiarias;
dóre el amanecer con vagas lumbres
y medias-tintas de atediada suavidad;
o aljofáre la luna
del bebedor la cabellera bruna
o la blonda o endrina cabellera
nimbada de doliente claridad,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino!

Aquesto dixo el Ebrio una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada. 

Yo dello non me curo. Yo dello non sé nada


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