7.29.2009

1+1= Dos Palillos

Verano en Barcelona. Agobiada por el calor, camino hacia la Boqueria donde he quedado para comer y hacer la compra, todo el tiempo voy pensando en Oliveira cuando martillando clavos en pleno verano rio platese no paraba de quejarse de tanto frío que hacia. Asi voy yo, usando la psicología inversa mientras las gotitas de sudor escurren por mi espalda: El viento (helado) no refresca.


Por problemas de última hora no podemos comer donde habíamos pensado así que alejandonos un poco del mercado nos dirigimos hacia la calle Elisabets justo a los bajos del Hotel Casa Camper donde se encuentra Dos Palillos, el restaurante de Albert Raurich ex jefe de cocina de el Bulli por muchos años.



El local es extraño porque en la parte más exterior parece un típico bar con una barra alta y larga y en la parte de adentro se dispone alrrededor de la cocina una barra baja y cómoda con un ambiente oriental en la que siempre se puede mirar el qué hacer de los cocineros, que a mi me parece estupendo. La arquitectura del local es "bizarre" en el sentido francés de la palabra aunque también lo es en el sentido castellano, como lo es el concepto de Dos Palillos: Tapeo asiatico.





Cuando nos sentamos en la barra me sorprende la cantidad de personal que vemos desfilar ante nosotros pero también me sorprende como las chicas que nos atienden no tienen ni idea cuando les preguntamos qué son los platos. A partir de ese momento muy amablemente el responsable de cocina Takeshi Somekawa se encarga de nosotros y de explicarnos las extrañezas que encontramos en cada uno de los platos que van llegando.

Comenzamos con un Sunomono de algas frescas y moluscos que es una ensalada fresca de algas con cañaillas y berberechos. Las algas están muy buenas y son tan distintas entre si que le dan un toque al plato muy especial ¿recordar los nombres de las algas? no, ni cerca. Takeshi nos explica que sunomono significa "cosas en vinagre", así que sunomono puede ser cualquier cosa que se encuentre en este medio ácido.

Lo siguiente son una Navajas con yuzu y sake, el yuzu es un cítrico japonés que tiene un sabor como entre la toronja y la mandarina, es muy utilizado para hacer infusiones y por su acidez no es muy común comerlo como fruta. Las navajas están en su punto.



Ante nosotros ahora se encuentra el Hígado de rape estilo japonés viene macerado en sake, cocido al vapor y acompañado con salsa ponzu (mirin, vinagre de arroz, bonito, alga konbu y yuzu), es un plato extraño y creo que vale la pena probarlo. Yo repetiría.


Entonces comienzan a llegar los platos poderosos: Temaki de ventresca de atún, viene todo separado para que cada quien se arme su conito ¡Buenisimo! La ventresca está maravillosa.



Luego el Temaki de anguila braseada, pero en vez de venir acompañado de algas nori viene acompañado de estas hojas que no logro recordar como se llaman.




Luego pedimos unas maravillosisisimas empanadillas chinas Dumpling de langostinos al vapor, justo en este momento la charla estaba tan agradable que olvidé hacer la foto pero es sin lugar a dudas uno de los que más me gustó.

Terminamos con una Ostra hecha al carbón con sake, no me encanta particularmente aunque parece que las del Shunka son muy buenas.



La comida ha estado muy bien y combinado con el maravilloso personaje con el que comparto la mesa, no puedo sino sentirme pletórica, la penumbra del local nos ha hecho olvidar el inclemente clima (frío) que nos derrite en la calle, pero partimos felices a disfrutar por el centro de Barcelona una tarde de viernes inolvidable.

La página web esta muy, pero muy bien, el diseño es impecable y creo que logra reflejar el concepto del lugar: http://www.dospalillos.com/.
DOS PALILLOS
C/Elisabets #9
tel. 993 304 05
Horario:
Cerrado domingo y lunes , martes y miércoles mediodía

7.24.2009

Excusas nada más


He perdido el interés y llevo un tiempo pensando si realmente esto vale de algo. Han sido unos dias difíciles de abandonos, soledades, lejanias y malas noticias. He perdido el apetito pero me he reconciliado con Baco invocando su poder anestésico y sanador. Por el camino me descubrieron dos paraisos alcoholicos, bastiones seguros a los que regrasaré cada que toque: El Dry Martini (www.drymartinibcn.com) y el Boadas de la calle Tallers. No quiero extenderme, ya he dicho antes que he perdido el interés, pero recomiendo esta experiencia, porque son lugares únicos en Barcelona. Los barman son magnificos y extrañamente amables como de otra época. Y lo que se vé y se vive en un lugar asi es estupendo, sórdido como le gusta a uno de mis buenos amigos (JA por poner un nombre), calmadamente sórdido diria yo. No quiero decir más pero les dejo un poema increible al respecto de un grande, grandísimo: León de Greiff

BALADA DEL DISPARATORIO BÁQUICO, IMPREGNADA DE MÚLTIPLES ROMANTICISMOS

Dícela "El Ebrio"

Aquesto dixo “El Ebrio”, una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non sé nada.

Bebamos en las cráteras de oro 
que laboró el cincel benvenutino,
champagne, bulbente y bullicioso vino .

Bebamos en las ánforas de barro 
doria hidromiel; en el panzudo jarro 
blonda cerveza, y en las cristalinas 
frágiles copas el anís sonoro 
así como las finas
mixturas sibilinas.

"Porque es dulce olvidar".

Bebamos en las cráteras de oro 
el líquido tesoro
que enloquece las mentes 
y elide los deseos, 
y que sume los sueños impotentes 
en helados Leteos!.

Porque es dulce olvidar. ¿Algo esculpido 
quedar merece en el cerebro? Nada! 
Porque es dulce olvidar...

El viento azota 
la cima de los árboles, tedioso; 
vacila el corazón ante la rota! 
El espíritu vago!
¡La voluntad errátil 
es un tortuoso Yago! 
y el soñar aterido...:
¡el soñar aterido y no vibrátil 
ni altanero!... y nostálgico, anheloso 
de una distinta vida...

Los jardines románticos 
horros están de idilios. 
Y son hueros los cánticos 
jocundos de Himeneo!

Dormita ya el Deseo! 
Ya dormita el Amor!
Y yerra -enloquecida-
por sus ludies exilios 
de Dolor, 
l’alma pura de Ofelia, 
mientras Hamlet, moroso y taciturno 
sepultóse en sí mismo!”

Ya no existe
la verdad, si ha existido... Ya no es nada 
la belleza, y lo es todo! y la tristeza 
¡cómo es asaz vulgar y adocenada!

Yo buceo un abismo 
y el tal abismo es hueco!
Todo es superficial, mentido y triste.
Todo: el Amor y la Naturaleza, 
el Mar, las Nubes, la ideal Belleza:
sólo restan cinismo, 
rutina, y el enteco 
sentido de lo práctico y la cómica 
metafísica vómica!

Es preciso beber la sangre cálida 
de los magos elixires! 
Complicados brebajes, quinta-esencia, 
sudor de las retortas y alambiques; 
todos los filtros químicos y alquímicos 
el díctamo, el nepentes, 
súmanme en la demencia!

En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus de sirena glaucos ojos-
mi espíritu arbitrario, 
mi corazón, y toda la amargura 
de abolidos despojos! 

Es preciso beber la sangre cálida, 
sangre morena
o sangre blonda!
En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus glaucos ojos de sirena–
mi corazón, y toda la amargura!

"La azul locura pálida, 
soberana locura, 
se asile en mi cerebro solitario!" 

Bebamos en las cráteras de oro 
todo el licor que corre por la vena 
de la pródiga uva;
y hagamos la serena
-la serena o la loca-
vida del que en sí propio no se toca 
y que en nada se halla...

-Búdico sér en éxtasis, 
Jaiyám bajo los astros, 
Edgar en la taberna, 
Diógenes en su cuba... 
Desdeñosos e impávidos,
sonrientes, 
mirando la batalla 
sempiterna, mirando la batalla
de apetitos, la gresca y el estridir de dientes 
y el vulgar forcejeo
para ascender, para medrar, para vivir...

"Nosotros -sí, nosotros-
olímpicos yazgamos sobre el trípode sacro:
claudicantes e irónicos, 
sonrientes espectadores del simulacro, 
sin recordar, sin añorar,
sin anhelar,
¡sin un solo deseo!"

Brúña el trágico véspero
con sus hórridas lumbres
incendiarias;
dóre el amanecer con vagas lumbres
y medias-tintas de atediada suavidad;
o aljofáre la luna
del bebedor la cabellera bruna
o la blonda o endrina cabellera
nimbada de doliente claridad,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino!

Aquesto dixo el Ebrio una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada. 

Yo dello non me curo. Yo dello non sé nada


7.06.2009

Como en los llanos...



Mi queridísimo amigo Juan Carlos Rodríguez que además de ser un muy recomendable escritor es también un paladar ansioso, feliz y entusiasta cuando de compartir la mesa se trata me ha llevado a explorar un paraíso culinario con el que aluciné. Clavado en el centro de Bogotá, atrás de una pared que no insinúa lo que esconde más allá de un letrero pintado sobre los ladrillos blancos, me descubre un mundo nuevo, un viaje a otra tierra: Capachos, asadero llanero.



El llano es una región de Colombia que comprende varios departamentos o provincias y que se adentra en territorio venezolano, ya que la geografía y la cultura no distingue fronteras políticas. Esta región es la zona donde se crían los mejores ganados del país, es la tierra de los vaqueros y por lo tanto de los asados.



El restaurante es indescriptible, me encanta. Las camareras van vestidas con traje típico, el lugar esta ambientado y las mesas dispuestas bajo una especie de ranchos de paja identificadas cada una con algún sonoro nombre de la geografía llanera. Nada más entrar al lugar nos encontramos con el horno enorme en el que se cocina la carne a la brasa, los encargados del asado nos explicaron que la preparación comienza a las 4am para que la carne esté lista a las 12 del medio día, hora en la que empiezan a llegar los hambrientos ejecutivos trajeados del sector.

La carne estrella es la "mamona": ternera que aun se alimenta de leche. Una particularidad del asado llanero es que la carne se macera en sal y especias con anticipación lo que hace que pierda sus jugos a la hora de la cocción pero quede realmente sabrosa (al fin y al cabo en Colombia es normal comer la carne muy cocida). Otro punto que es importante, es la brasa, que se hace con leña por lo que el asado tiene un fuerte gusto ahumado que lo vuelve maravilloso, los trozos enormes de carne se ensartan en unos pinchos largos que se disponen verticalmente alrededor del fuego y que se van rociando regularmente con cerveza.




Se sirve sobre hojas de plátano acompañada con ají, guacamole, yuca, papa y plátano (la feria del carbohidrato) y para beber lo mejor sería un refajo (mezcla de colombiana y cerveza), yo como no soy muy resistente a las bebidas alcohólicas me decanto por la colombiana sola. Creo que los viernes y los fines de semana el lugar está ambientado por un grupo de música llanera, así que después de comer es normal que las mesas se comiencen a llenar de copas de aguardiente y los más arrebatados seguramente hasta se animaran a bailar al sonido de la melancólica arpa llanera. A nosotros el ánimo no nos llegó tan lejos, así que con la tripita llena y feliz nos dispusimos a perdernos por las calles del centro matando las horas de luz que nos quedaban a punta de palabra.

Asadero Capachos
Calle 18 4-68
tel 2434607

Horario:
Todos los días (menos lunes festivos)
de 12h a 18h
Plato de mamona $16.000 (5€)


Les dejo la página del asadero (http://asaderocapachos.com )  y luego los dos links que hacen referencia al libro El viento agitando las cortinas de Juan Carlos Rodriguez: