12.07.2009

Cositas buenas: L'Altmella de Mar.



L’Altmella de Mar es un pueblo de pescadores a unos 150km de al sur de Barcelona, muy cerca de la desembocadura del poderoso y fértil Ebro. El paisaje, marcado por el puerto de pescadores es impactante y el escenario de las pequeñas calas de roca y pino que se encuentra en los alrededores provoca el deseo de permanecer.


Es sin duda un lugar para encontrar los mejores y más frescos productos provenientes del mar. Sobre la calle mayor frente al puerto hay un minúsculo restaurante sin sala interior solo con mesas de terraza en donde comí los mejores boquerones en vinagre que he probado. También son muy recomendables las sardinas y los calamares fritos acompañados por una cerveza helada y un poquito de sol otoñal. Debo confesar que no recuerdo del nombre del lugar, de hecho no sé si tiene uno pero dejo acá el link al mapa de donde está exactamente. Como ya dije, es pequeñito y adentro solo está la cocina, creo que es el único de estas características frente al puerto. También es bastante barato así que tiene muchos puntos a su favor.




Por la noche cenamos en La Llotja (tel. 977457361), un pequeño y cuidado restaurante en donde el chef Joan Miró en la cocina y su mujer en la sala se esfuerzan por vigilar cada detalle. Los productos fresquísimos y de la zona, son los principales protagonistas de cada plato que combinados con las innovaciones de su cocina producen lo que yo creo son modernos platos de cocina catalana marinera sustentados en los productos tradicionales. No es una gran cocina con grandes pretensiones, simplemente es una cocina un poco más sofisticada ¡geeeenial! Como diría un gran amigo.

Sardinas con liofilizado y brotes

Atun

Cigalas a la plancha

Chipirones

Llobarro (lubina) con parmentier


Para beber probamos un blanco a pesar de mi natural reticencia por estos vinos. En teoría este Trío Infernal de crianza podía acercarse al tipo de tintos que suelen gustarme pero hay un aroma muy frutal como de melocotones que yo siempre encuentro en los blancos y que a mi particularmente no me gusta nada. Pero después de la historia que acompañó la escogencia de este vino por parte de mi bien querido acompañante y la posterior visita a la página encuentro que el proyecto de Trío Infernal es muy interesante y me dan muchas ganas de probar los tintos que ofrecen así como el aceite que elaboran.


En todos lados hay cosas buenas, de todos se aprende algo y yo en estos meses de descubrimientos catalanes no he hecho más que conocer y enamorarme de esto que ahora también es un poco mío.

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